El invierno trae nuevas formas para combatir el frío y no perder la gracia; con superposiciones en distintos largos modulares, una sastrería más relajada, el uso de prendas utilitarias y prints militares, los hombres preparan los mejores looks para este año con esta guía de tendencias
Por Cata Greloni Pierrri (@catagreloni)
Del gym a la calle
Hace rato que la ropa para ejercitarse ya no se limita a los espacios deportivos. Ahora, inspira nuevos usos y adaptaciones para el trabajo y para salir. El normcore, las prendas propias del basket, baseball y algunos deportes extremos influyen en el estilo casual masculino que adopta sus vestimentas y estilos más cancheros para la calle. Las bombers bitono y los conjuntos de friza en gris melange, azul y negro se usan con prendas más sofisticadas que generan contraste y aportan nuevos aires. Se suma el terciopelo, en conjuntos de dos y tres piezas, para los más osados.
Neo sastrería
Olvídense del saco azul o negro, a juego con el pantalón. Para salir de los clásicos y de la raya diplomática, el invierno cruza tipologías del sport wear con géneros clásicos, como la lana fría y los tweeds, con una moldería renovada: los pantalones se llevan más cortos -al tobillo- tanto en siluetas rectas como oversize, despegados del cuerpo. La silueta también admite nuevos estilos más holgados y minimalistas, con detalles de prendas en cuero y bordados llamativos que descontracturan la tradición sartorial.
Work, work, work
La vestimenta utilitaria sale de los talleres y las fábricas para tomar las veredas por asalto. La monoprenda -el overall- se reemplaza por varias capas superpuestas de estilo industrial que emulan el uso del mameluco, de un modo más elegante. En tonos monocromáticos, de silueta holgada y prendas oversize, los pantalones se acortan y se llevan, al igual que las camisas, con bolsillos grandes y aplicados y las costuras a la vista y a contratono.
G.I Joe style
El carácter militar no pierde batalla y cobra sentido en la urbe en tipologías casuales como bomber jackets bordadas, pantalones en largos varios y en prendas tejidas, en tonos marrones, verdes como el loden, grises y ocres. El camuflado es el principal aliado de esta tendencia que no pierde fuerza. Casi siempre, se acompaña el look con botas o borcegos de caña media pero, ¿Por qué no probar de suavizar el look con zapatillas cancheras?
Superpuestos
El frío impone la necesidad de abrigarse. Para no perder el charme en la ciudad, la mejor forma de hacerlo es recurrir a la vestimenta en forma de capas, que terminan de armar el look y la silueta final. Para esto, entran en juego distintos largos modulares que generan contrastes interesantes: los pantalones al tobillo revelan medias abrigadas en colores vibrantes o estampadas; las camisas se llevan larguísimas, debajo de sweaters cortos que contrastan en paleta de color y tamaño, con parkas y abrigos oversize, que completan la partida.
¿Qué tendencia es tu preferida? ¿Te animás a usarlas todas y combinarlas?